El
principio del fin
"Humo y nubes sobre Santiago. El
humo como un manto indeleble. La gruesa columna que cubría La Moneda podía
verse desde todos los puntos de una ciudad sitiada. Eran pasadas las 14 horas
del 11 de septiembre de 1973 y Chile todavía se estremecía por los efectos de
las bombas arrojadas desde un cielo plomizo sobre el palacio. Humo y llamas. La
Moneda corría peligro de reducirse a cenizas.
Llegaron los bomberos. Un grupo
fue a la Cancillería, en el sector sur. El otro, al ala poniente. Un tercero
entró por Morandé 80 y subió la escalera en dirección al gabinete presidencial.
El único reducto al que no pudieron ingresar fue el Salón Independencia.
Soldados en actitud de combate les impidieron el paso. De pronto, un oficial
los llamó y les ordenó que traspasaran la puerta. Había que sacar un cuerpo
envuelto en un chamanto boliviano. Nadie habló. Se miraron todos comprendieron
de quién se trataba. Bomberos y soldados levantaron la camilla de lona. La
bajaron con cuidado y salieron por Morandé 80.
(…)Caía la noche del 11 de
septiembre de 1973 en Santiago. Las calles estaban vacías. El toque de queda
marcaba el límite de lo posible. En las casas se reía o se lloraba. En el
hospital Militar, en cambio, las cosas transcurrían en el más absoluto de los
hermetismos.(…)Una vez que finalizaron, los cuatro jefes de sanidad de las
instituciones castrenses supervisaron la última tarea: el cuerpo de Salvador
Allende fue depositado en un ataúd y sellado en su presencia. Las conclusiones
de la autopsia se conservaron 27 años como un “Secreto de Estado”.”
Del
libro “Chile. La conjura. Los mil y un días del golpe” de Mónica González.
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Que interesante!!...
ResponderEliminarConocí la historia de Allende a través de "La casa de los Espiritus" de Isabel Allende .... grandioso libro!!