Vistas de página en total

lunes, 27 de agosto de 2012

Límites - Jorge Luis Borges

De estas calles que ahondan el poniente, 
una habrá (no sé cuál) que he recorrido 
ya por última vez, indiferente 
y sin adivinarlo, sometido 

a quién prefiera omnipotentes normas 
y una secreta y rígida medida 
a las sombras, los sueños y las formas 
que destejen y tejen esta vida. 

Si para todo hay término y hay tasa 
y última vez y nunca más y olvido 
¿quién nos dirá de quién, en esta casa, 
sin saberlo, nos hemos despedido? 


Tras el cristal ya gris la noche cesa 
y del alto de libros que una trunca 
sombra dilatada por la vaga mesa, 
alguno habrá que no leeremos nunca. 

Hay en el sur más de un portón gastado 
con sus jarrones de mampostería 
y tunas, que a mi paso está vedado 
como si fuera una litografía. 

Para siempre cerraste alguna puerta 
y hay un espejo que se aguarda en vano; 
la encrucijada te parece abierta 
y la vigila, cuadrifronte, Jano. 

Hay, entre todas tus memorias, una 
que se ha perdido irreparablemente; 
no te verán bajar a aquella fuente 
ni el blanco sol ni la amarilla luna. 

No volverá tu voz a lo que el persa 
dijo en su lengua de aves y de rosas, 
cuando el ocaso, ante la luz dispersa, 
quieras decir inolvidables cosas. 

¿Y el incesante Ródano y el lago, 
todo ese ayer sobre el cual hoy me inclino? 
Tan perdido estará como Cartago 
que con fuego y con sal borró el latino. 

Creo en el alba oír un atareado 
rumor de multitudes que se alejan; 
son los que me han querido y olvidado; 
espacio y tiempo y Borges ya me dejan. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario