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miércoles, 19 de septiembre de 2012

El hombre que aprendió a ladrar. Mario Benedetti (Micro-relato)



Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se auto flagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.

¿Cómo amar entonces sin comunicarse?

Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.

Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinas de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano”.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

IN MEMORIAM - Homenaje a Mario Benedetti


Un día como hoy,14 de septiembre -pero de 1920- nacía en Paso de los Toros, departamento de Tacuarembó, Uruguay, uno de los más entrañables poetas latinoamericanos: MARIO BENEDETTI.  Esta es sólo una arbitraria selección de sus innumerables declaraciones y reflexiones. 

1.   Ser de izquierda es tener como punto de mira el bienestar de la gente, la igualdad social, la solidaridad.

2.   Las causas en las que he creído y creo han sido derrotadas, pero yo no me siento derrotado en cuanto a mis creencias, en cuanto a mis posiciones ideológicas. De modo que yo, que soy ateo y la única religión para mí es la de la conciencia, mientras pueda dormir tranquilo no me consideraré un derrotado total.

3.   Yo creo que en general una de las cosas que tratan de narcotizar a los pueblos es toda esa cosa del consumismo, la famosa globalización, que no es sólo económica o política sino que también hay una globalización de los medios, una globalización de la hipocresía, de la frivolidad, un tratar de eliminar a los jóvenes como factor de inconformismo. Porque si se mira un poco la historia, en los jóvenes ha estado siempre la semilla del inconformismo, de la insumisión e incluso de las revoluciones.

4.   A los políticos les gusta sacarse fotos al lado de un escritor o de un pintor pero no le dan la menor importancia. Y hasta la propia izquierda usa a los intelectuales y artistas. En el terreno político, nadie da importancia a lo que piensan. Eso no quiere decir que uno no hace lo que puede. Podemos cambiar la mentalidad de la gente, pero no vamos a liderar ninguna transformación. Nunca supe de una revolución hecha con un soneto, con una obra de teatro. Ni se derrocó ninguna dictadura con un cuento. Los intelectuales participan en los movimientos, pero no pueden cambiar la vida. El poder siempre desprecia al intelectual y lo considera peligroso. 

5.   De un tiempo a esta parte, nuestro enemigo no tiene enemigos. Y, en consecuencia, todo lo ve global, todo absoluto. Sus neuronas son espingardas, sus pensamientos son arcabuces, su corazón unidad blindada. Para sus malditos creadores, la globalización significa la captura ad infinitum del poder omnímodo. Pero es también el sistema adicional de acabar con la Humanidad. Tal vez sus gestores no advirtieron que la Humanidad no sólo incluye a los seres comunes, a los intelectuales y a los menesterosos, sino también a los dueños del poder, a los fabricantes de misiles y a los empresarios de la muerte. La globalización desprecia a todo lo no global, desde el desmesurado universo hasta el grillo minúsculo y sonoro. Es la agonía sin fin de la esperanza, el futuro inundado de malogros, el desperdicio de la soledad. La globalización es un volcán sin nombre. Y su lava hirviente y derramada acaba con las faunas y las floras.
6.   Creo que la vida es un paréntesis entre dos nadas. Yo soy ateo, no creo en Dios ni nada por el estilo. Hay gente que tiene sus creencias religiosas y tiende a sentir que después de la muerte está el Paraíso, o el Infierno, porque muchos han hecho mérito para ir al Infierno. Yo creo en un dios personal, que es la conciencia: a ella es a la que le debemos rendir cuentas cada día.

7.   El amor me parece lo mejor de las relaciones humanas.

8.   Muchas veces me reprocharon que no trate a la clase obrera. Pero las veces que lo intenté, me sonaron falsos. Mis obreros nunca hablan como los obreros; entonces no insistí más, ¿para qué? Es una limitación y me atengo a esa limitación.

9.   Como decía José Martí, la patria es la humanidad. En todos los países, en los que uno ha estado y en los que no ha estado, hay gente que por lo que piensa, por sus actitudes, por lo que hace, por lo que siente, por su solidaridad, son como compatriotas de uno. La patria de cada uno está formada de esa gente. Porque en el propio país ha habido también torturadores, corruptos, y esos no son compatriotas míos.

10. Pienso que una de las formas de sobrellevar la idea de la muerte es darle    la cara, hablar de ella, dialogar con ella. Me parece que es una manera de poder soportar ese fin obligatorio. 

domingo, 26 de agosto de 2012

El llanto - MARIO BENEDETTI


El llanto es una forma de estar vivo
cuando lloro me habita el sentimiento
se que puedo morir en el intento
pero esta vez no quedaré cautivo.


El llanto nunca es algo decisivo
ya que las lágrimas las seca el viento
se recupera de a poco el aliento
y uno queda de nuevo pensativo.


Llorar es un escándalo del alma
que de esa forma dice lo que anhela
puede ser más coraje y menos calma.


Cada sollozo tiene sus matices
y aunque sufra el amor y aunque nos duela
con el llanto uno riega sus raíces.

Che 1997 - MARIO BENEDETTI

Lo han cubierto de afiches / de pancartas
de voces en los muros
de agravios retroactivos
de honores a destiempo.

Lo han transformado en pieza de consumo
de memoria trivial
en ayer sin retorno
en rabia embalsamada

Han decidido usarlo como epílogo
como última thule de la inocencia vana
como añejo arquetipo de santo o satanás.

Y quizás han resuelto que la única forma
de desprenderse de él
o dejarlo al garete
es vaciarlo de lumbre
convertirlo en un héroe
de mármol o yeso
y por lo tanto inmóvil
mejor como mito
silueta o fantasma
del pasado pisado.

Sin embargo los ojos incerrables del "Che"
miran como si no pudieran no mirar
asombrados tal vez de que el mundo no entienda
que treinta años después sigue bregando
dulce y tenaz por la dicha del hombre.

Desde los afectos - Mario Benedetti

Cómo hacerle saber que siempre hay tiempo,
que uno sólo debe buscarlo y desearlo,
que nadie establece normas, salvo la vida,
que la vida sin ciertas normas pierde forma,
que la forma no se pierde con abrirnos,
que abrirnos no es amar indiscriminadamente,
que no está prohibido amar, que también se puede odiar,
que el odio y el amor también son afectos,
que la agresión es porque se quiere mucho,
que los afectos nos definen,
que definirse no es remar contra la corriente,
que cuanto más fuerte es el trazo más se dibuja,
que buscar un equilibrio no significa ser tibio,
que negar palabras implica abrir distancias,
que encontrarse es muy hermoso,
que el sexo forma parte de lo hermoso de la vida,
que la vida parte del sexo.


¿Que el por qué de los niños tiene un por qué?
que el querer saber de alguien no es sólo curiosidad malsana,
que nunca está de más agradecer,

que la autodeterminación no es hacer las cosas solo,
que para no estar solo hay que dar, que para dar debimos recibir antes,
que para que nos den también hay que saber cómo pedir,
y saber pedir no es saber regalarse.

Que para que nos quieran debemos demostrar que somos,
que para que alguien sea, hay que saber ayudarlo,
que ayudar es saber apoyar y alentar,
que adular no es apoyar,
que adular es tan pernicioso como dar vuelta la cara,
que las cosas cara a cara son mas honestas,
que nadie es más honesto porque no roba,
que el que roba no es ladrón por placer,
que cuando no hay placer en las cosas que se hacen,
no se esta viviendo,
que para sentir la vida no hay que olvidarse que existe la muerte,
que con los oídos se escucha,
que cuesta ser sensible y no herirse,
que herirse no es desangrarse,
que para no ser heridos levantamos muros,
que casi todos somos albañiles de muros,
que sería mejor construir puentes,
que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve,
que volver no implica retroceder,
que retroceder también puede ser avanzar,
que no por mucho avanzar se amanece más cerca del sol…
cómo hacerte saber que nadie establece normas, sólo “la vida”.